Creo que lo que pasa cuando la mirada de los blancos se introduce en una comunidad de color es que induce una especie de autoconciencia. Ahora hay una direccionalidad en la experiencia que se orienta desde esta perspectiva externa. Estaba viviendo mi vida, estaba ocupándome de mi día, pero ahora me están observando. Ahora hay una especie de punto de vista. Y la persona a la que están mirando se encuentra en un extremo de dicho punto de vista, con lo que considero que se carga la situación con algo que podríamos llamar energía. Cambia la dinámica entre el observador y la persona a la que mira.
En muchas de estas películas, me he dado cuenta de que las personas giran la cabeza, miran hacia la cámara y prosiguen con su día. Pero a veces la siguen mirando. Creo que, precisamente en la galería, hay una película en la que unos niños de una especie de pueblo corren por un camino de tierra persiguiendo una cámara en movimiento. Por una parte, parece que la están pasando muy bien. Parecen ser niños con su mentalidad infantil y absolutamente fuera de sí. Y por otra parte, está esa cosa extraña que les apunta. Tal vez los niños de hoy no piensen que es algo raro, pero en aquel entonces era una tecnología totalmente nueva y lo notan, pues puedes verlos mirando directamente a la cámara. Si tuviera que explicar su proceso de pensamiento, sería: "¿Quiénes son? ¿Son una amenaza? ¿Son amigables? ¿Por qué hacen esto? ¿Qué tengo de interesante? ¿Qué tiene de interesante lo que estamos haciendo? Porque solo estamos corriendo". No puedo evitar preguntarme cómo les afecta eso. Sabes, ¿qué significa eso?
Ha convertido lo que debería ser, o lo que hubiera sido, una experiencia completamente natural de correr por la calle con los amigos en algo que ahora tiene un filtro, que se captura y se toma. Imagino que, aunque a corto plazo no les afecte, o no se den cuenta, a largo plazo puede tener repercusiones tanto en los individuos como en sus comunidades.