Tierra

En la cosmovisión de los indígenas americanos, contrapuesta a la de los colonizadores europeos de los siglos XVI y XVII, se consideraba a grandes rasgos que los seres humanos estaban integrados holísticamente a la naturaleza y que su deber era protegerla mediante prácticas sostenibles. Cuando los neerlandeses ocuparon las tierras indígenas de todo el mundo, trajeron consigo una opinión muy distinta en cuanto a la naturaleza. Su visión del mundo se basaba en la primacía del hombre europeo, que se encontraba en la parte superior de la escala jerárquica por encima de otros pueblos, plantas y animales. A partir de este marco, los expertos europeos en historia natural se dedicaron a producir catálogos enciclopédicos de los materiales naturales del mundo que pudieran ampliar los modelos establecidos por las antigüedades clásicas y la Biblia.
Este tipo de estudio naturalista adoptó muchas formas en los Países Bajos: los historiadores naturales categorizaban materiales como plantas en libros publicados, mientras que los artistas las registraban en impresiones y los coleccionistas intercambiaban especímenes reales. Sin embargo, a pesar de que se afirmaba que dichas actividades eran “neutrales” desde el punto de vista científico, solían responder a objetivos económicos y políticos relacionados con el colonialismo, lo que ayudó no solo a cosificar los materiales naturales y transformarlos en bienes, sino también a justificar las prácticas violentas de la extracción de recursos que afectaba a pueblos, animales y entornos no europeos.
Una parte de esta sección hace hincapié en una colonia en Brasil que los neerlandeses ocuparon entre 1630 y 1654. Analizar esta historia impactante nos permite investigar las conexiones entre el colonialismo y las crisis ecológicas actuales de Brasil. Los oradores de la audioguía que analizan el legado de esta colonia incluyen a una historiadora ambiental y a activistas brasileños indígenas, como la artista Uýra Sodoma, cuyo trabajo para visibilizar la deforestación en el Amazonas se contrapone a una pintura del artista neerlandés Frans Post, que vemos aquí.