El artista Channing Hansen, afincado en Los Ángeles, hila y tiñe su propio hilo, incorporando la lana de ovejas, cabras y camellos de razas autóctonas (así como hilos de seda, bambú y polímeros) en originales mezclas de fibras. Su fascinación por la ciencia y su conexión personal con la tradición Fluxus de las operaciones de azar (su abuelo era el artista fluxista Al Hansen) le sirven de base para utilizar algoritmos computacionales para generar decisiones sobre el color y el diseño de sus composiciones. Hansen puede ver el aspecto de una obra solo después de terminar de tejer a mano, cuando se estira sobre un marco de madera, lo cual añade otra capa de imprevisibilidad a su proceso artístico.