Florero, 1939

Islandia envió un pabellón independiente a la Feria Mundial de Nueva York de 1939, a pesar de que el país seguía unido a Dinamarca en ese momento. Esperaba que su pabellón mejorara las relaciones comerciales y resaltara la campaña de Islandia por su independencia política. El estudio de cerámica Listvinahús de Reikiavik expuso varios objetos, entre ellos este florero de cerámica perforada y vidriada en ocre, decorado a la manera de la talla tradicional en madera. Fabricado con arcillas autóctonas de Islandia, representaba la moderna industria artística islandesa.