Florero, 1938

Poco antes de la Segunda Guerra Mundial, Suecia, Dinamarca y Noruega obsequiaron al presidente Franklin Delano Roosevelt con regalos que representaban la especialidad de diseño de cada país: plata danesa, vidrio sueco y esmalte noruego. Durante una visita en 1938, por ejemplo, la realeza sueca le regaló a Roosevelt un jarrón grabado con una representación del barco que llevó a los primeros suecos al valle del río Delaware en 1638. Técnicamente, los regalos se hicieron con motivo de la Feria Mundial de Nueva York de 1939, en la que cada país tenía un pabellón nacional, pero la guerra que se avecinaba era quizás una motivación más importante para asegurar unas relaciones diplomáticas favorables.