Photo of Ciudad Perdida, photo © Jota Arango

La Sierra Nevada de Santa Marta, en el norte de Colombia, encierra un ecosistema único por ser la cordillera costera más alta del mundo. En épocas anteriores (Nahuange), los habitantes se concentraban en las bahías costeras, donde pescaban, cultivaban, extraían sal y producían adornos y figuras de tumbaga (aleación de oro y cobre). A partir del año 900 e. c., en el período Tairona, estos grupos se asentaron en las laderas de las montañas, construyendo grandes centros urbanos (ver fotos abajo), sistemas de agua y caminos de piedra. Los arhuacos son descendientes de los taironas y siguen viviendo en la región, junto a los kaggaba.
  
Utilizando el método de la cera perdida y el dorado por agotamiento, los artistas de Tairona fundieron adornos y colgantes figurativos, muchos de ellos con iconografía de aves o murciélagos. El colgante de la figura pequeña del lado izquierdo de la vitrina lleva un pectoral de pájaro casi idéntico al que se exhibe a su lado, lo que demuestra cómo las personas de alto rango utilizaban diferentes tipos de adornos para transformar sus cuerpos como signo de una metamorfosis espiritual. Adornos y motivos similares también se encuentran representados en la cerámica (a la derecha).

Photo of Ciudad Perdida, photo © Jota Arango