Las obras de toda la antigua Colombia muestran figuras masculinas y femeninas sentadas en poses pensativas, algunas masticando hojas de coca y otras con los ojos semicerrados, como si estuvieran sumidas en sus pensamientos. Conocidos como pensadores, son los responsables de concebir (comprender) y mantener el equilibrio del mundo. “[Sentarse] es una invitación a la sincronía de las energías”, observa Jaison Pérez Villafaña, lider arhuaco. “Las cuatro patas son el sostén del universo, se asemeja a la tierra y así el banco es el centro de la creación. Al sentarte, automáticamente estás viajando… te estás invitando a ti mismo a resolver un problema que te inquieta”.