Los gladiadores, que luchaban en las arenas como entretenimiento, inspiraron este estilo plateado con una falda corta y plisada y un cinturón, acolchado con hipocampos enfrentados, los caballitos de mar helenísticos que jalaban el carro de Neptuno. Los artistas revivieron a esta criatura mitológica, símbolo del mar y del mundo de las tinieblas, durante el Renacimiento, como se ve en una cisterna de vino que ilustra escenas del dios del agua y su caballito de mar. Un Neptuno dorado, decorativo y expertamente construido, monta un hipocampo hecho en parte de una exótica concha de turbante enroscado.