Los sellos tallados a partir de piedras duras sobreviven un largo tiempo después de su primer uso activo, y pueden perdurar como registros extraordinarios de figuras e insignias históricas. Este sello cilíndrico de calcedonia —proveniente del primer milenio a. de C.— muestra una figura con barba enfrentándose a dos toros alados; el sello de ágata conserva el busto de un hombre con barba visto de perfil; la escritura montada en oro del sello de cuarzo del siglo XIX representa al sultán otomano Abdulhamid II. También en esta exposición, encontrará el retrato del antiguo orador Demóstenes, fabricado en el siglo I a. de C. por el virtuoso tallador Dioscórides, cuyo realismo extremo es impresionante.