Además de la corrida de toros española, la colección de McQueen también se inspiró en el poder, la belleza y la gracia del flamenco. Un conjunto negro reimagina el vestido de la bailarina, aquí combinado con un corsé rígido con detalle de cordones. Una falda asimétrica con volantes insinúa el movimiento del traje escalonado de flamenco tradicional. Un sombrero de cuentas con cuernos curvados de Michael Schmidt sitúa este estilo en la corrida, personificando los movimientos igualmente poderosos y gráciles en el ruedo.